(Horarios, mapas, tracks gps y demás...al final del repor)
Teníamos un poco abandonado el Macizo Oriental, así que ha llegado la hora de
volver a darse una vuelta por esta preciosa zona de Picos de Europa.
Dejamos los vehículos unos pocos metros antes de la zona de aparcamiento del Jitu de Escarandi (completo para cuando llegamos), situado a pie de
carretera entre los pueblos de Sotres y Tresviso.
Los - 6 º C reinantes nos obligan a echar a andar bien forraditos de ropa antes de cruzar la carretera para tomar un sendero que enlaza rápidamente...
...con la pista que parte del Jitu y asciende hacia el refugio de Ándara, principal vía de acceso a esta zona del macizo.
En este comienzo del recorrido apenas encontramos nieve, pero cuando aparece hay que tener mucho cuidado al realizar los flanqueos, puesto que está dura como el mármol.
Identificando zonas y cimas del macizo mientras avanzamos.
El Mancondiú, primera cima relevante que nos encontramos cuando se accede por esta vertiente del macizo.
En el momento que vemos que la nieve ya va a ser continua, nos calzamos los crampones sin dudar. A pesar de tener huella hecha, sería una temeridad seguir avanzando sin calzarse los pintxos, tal y como esta de helada la nieve.
El antiguo camino minero por el que ascendemos nos conduce hasta las cercanías del refugio de Ándara (R), donde todavía quedan vestigios de aquellas antiguas explotaciones, como la vagoneta sobre raíles (V) que tenemos justo delante de nosotros, y el propio refugio, un reconvertido casetón minero ubicado debajo de ese contrafuerte de rocoso.
La instantánea también nos permite hacernos una idea del camino a seguir en caso de tirar hacia la zona del Samelar o el San Carlos / Sagrado Corazón:
Da igual por dónde se ataque el ascenso la Collada de la Aldea (nosotr@s por la línea verde, otro grupo por la amarilla, más a la derecha), la cuestión es que después tocará girar a la izquierda en dirección al collado Trasmancondiú.
Pasando a la altura del refugio de Ándara.
Finalizando la rampa de acceso a la Collada de la Aldea.
Alcanzado ese punto tenemos que seguir ascendiendo e ir desviándonos hacia la izquierda buscando el collado Trasmancondiú.
Vistazo hacia el norte aprovechando el flanqueo hacia el collado: un montañero cruza la Collada de la Aldea unos metros por debajo de nosotros, parte del Macizo Oriental y la lejana Sierra del Cuera, última barrera montañosa que separa la península del mar Cantábrico.
Collado Trasmancondiú...que ganas de entrar en zona soleada, coñiiiiio.
Desde el collado hacia el peladísimo Samelar.
En unos sitios nada de nieve y en otros buena acumulación.
Descendiendo desde el Trasmancondiú hacia la hoyada.
La panorámica se amplía y podemos visualizar el recorrido que nos queda por
delante.
Terese y Luis con el imponente Mancondiú a sus espaldas.
Unas heladas palas de nieve (más bien hielo) nos hacen ganar altura
rápidamente mientras nos enfilamos hacia el collado de la Canal de San Carlos.
Mientras que un grupo que llevamos por delante ha optado por bordear por la
izquierda esa barrera de rocas que tenemos en frente para acceder al collado (linea
azul), nosotros elegimos una trayectoria más directa para alcanzar ese punto
(linea roja) .
¿Esta durita, eh, cuadrilla?
Silvia ascendiendo hacia el collado.
A nuestras espaldas.
Ultima rampa.
Luis N., Silvia e Igone al final de la misma.
Desde las cercanías del collado de San Carlos podemos ver claramente que el
acceso a la cima del Sagrado Corazón se encuentra desprovisto de nieve, así
que toca quitar y guardar crampones.
A nuestra izquierda la Canal de San Carlos, que
desciende vertiginosa hacia el Valle de Liébana. Muy por encima de este, y escasita de
nieve, la Sierra de Peña Sagra, y al fondo del todo, las cumbres de las
Sierras de Hijar y/o de Peña Labra (hay cierta confusión a la hora de
diferenciarlas o incluso no hacerlo).
Aproximándonos al collado San Carlos, con la salida de la Canal del mismo
nombre en primer plano.
La cuadrilla comenzando la parte final de la ascensión, con el pico Samelar a
sus espaldas.
Por delante, nuestro objetivo y sus vecinos más cercanos.
A pesar de que el sol esta en todo lo alto, mejor no abandonar la zona libre
de nieve, porque esta continúa dura como el mármol.
Llegado a la parte alta me giro para fotografiar a mis compañer@s y disfrutar
del maravilloso paisaje que se extiende hasta el mar cantábrico.
Poquito queda ya: un tramo bordeando la parte alta y llegaremos a la cima,
donde ya se distingue la figura de algún que otro montañero.
Igone, nuestra giputxi "adoptada", recorriendo los últimos metros.
Y listo, cima alcanzada.
Foto de grupo bien abrigadit@s, que corre poco aire, pero el que corre,
viene bien fresquito.
Vamos a sacarle a Carlitos, que nos lo han cortado en la foto anterior y el
chaval también tiene derecho a salir.
Hacia el oeste se alzan la mayoría de las cimas más relevantes de este Macizo
Oriental o de Ändara:
Cuetu de la Junciana, La Rasa, Silla del Caballo Cimero, Pica del Jierru,
Morra de Lechugales, Pico Cortes...
Hacia el este tan solo aparece el Samelar como elevación importante, puesto
que a partir de ahí la cota de las montañas va disminuyendo en altura hasta
perderse en la costa cantábrica (perfectamente distinguible desde la cima en
la que nos encontramos).
Venga txabal, "mu gonita" la clase de geografía pero espabila, que estas y
estos a la hora de comer y beber no esperan a nadie.
Cuenta la leyenda que esta bella damisela antaño, cuando salía al monte,
comía barritas energéticas y bebía agua...
El Valle de Liébana, casi 2000 metros por debajo de donde nos encontramos.
Despues de disfrutar más de una hora en su cima nos despedimos del San
Carlos hasta la siguiente ocasión.
Flanqueando el terreno bien pegados a la línea de corte de la montaña,
evitando así las heladas palas de nieve.
Luis asomándose al vacío, todavía muy cerca de la cima.
Los pequeños neveros que tenemos que atravesar camino del collado nos
recuerdan que esto sigue igual de duro.
Una vez en el collado podemos contemplar en su plenitud la Canal de San
Carlos, y nos resulta inevitable no rememorar la maravillosa esquiada que nos
pegamos aquí hace ya unos añitos.
Pero volvamos a la realidad...
En el mismo punto donde nos habíamos quitado los crampones durante la subida
nos los colocamos para emprender el descenso.
Con la seguridad que conceden los pintxos bajo nuestros pies nos adentramos de
nuevo en terreno helado.
La luz, la sombra, la nieve y las formas de la roca confieren al paisaje un
aspecto de olas elevándose en el mar picado (eh, ni he fumado nada ni he
bebido de más...a mi me recuerda eso).
El grupo alcanzando poco a poco el collado Trasmancondiú.
En el mismo punto pero mirando ya hacia la otra vertiente, camino del casetón
de Ándara, con algún que otro montañero por delante de nosotros.
Descendiendo del collado Trasmancondiú, buscando el calorcito de los últimos
rayos de sol.
Dos montañeros en la Collada de la Aldea, a punto de afrontar la bajada hacia
el refugio.
Cuando alcanzamos las cercanías del refugio del Casetón de Ándara (flecha
amarilla) optamos por un camino de descenso (puntos amarillos) diferente al
seguido en la subida (puntos naranjas).
De igual forma acabaremos en la pista que desciende hacia el Jitu de
Escarandi.
Cortos tramos desprovistos de nieve nos obligan a salirnos de la misma para
continuar descendiendo por los laterales y así no quitar los crampones de
momento.
Alcanzamos el punto de la pista donde la nieve desaparece definitivamente de
la pista, así que toca quitar y guardar pintxos mientras los últimos
rayos de sol golpean la cara oeste del pico Mancondiú.
Camino del aparcamiento son las cimas del Cueto de la Cerralosa (derecha) y
el Cueto los Tombos (izquierda) las que disfrutan de ese privilegio.
Ultima instantánea del repor para nuestra llegada a los coches, ya con ganas
de quitarnos las botas, montar en los vehículos e ir en busca de una buena
cena caliente que temple los cuerpos mientras comentamos "las mejores jugadas"
de esta preciosa jornada de monte.
DATOS DE INTERÉS (Orientativos)Distancia recorrida: 13 kilómetros.
Tiempo ascenso: 2 horas 35 minutos (sin contabilizar paradas).
Tiempo descenso: 2 horas (sin contabilizar paradas).
Desnivel positivo acumulado: 1.060 metros.
Mapa de la ruta (pinchar sobre el recuadro del ángulo superior derecho para
ampliar)
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