Partimos del parking situado a la entrada del pueblo de Las Médulas y comenzamos a caminar en dirección al centro de la pequeña población.
En la misma entrada se encuentra el Aula Arqueológica, lugar en el que aquel que lo desee puede obtener una información completa de la explotación aurífera romana.
Nos saltamos ese paso y continuamos cruzando el pueblo.
Pasamos de largo por delante del centro de visitantes que se encuentra completamente abarrotado estas horas.
La inmensa mayoría de los grupos toman la "Senda Corta" que lleva hacia La Cuevona y La Encantada, las dos cuevas mas grandes de la antigua explotación minera.
Completamente solos decidimos tirar recto, hacia arriba y después de haber recorrido unos 250 metros pasamos a la altura de un cruce señalizado al cuál no prestamos atención (rrrr....error).
Seguiremos la pista principal - linea amarilla - durante 500 mts mas hasta hasta darnos cuenta de que ese no es el camino que buscamos. Deberemos entonces retornar al cruce y coger el sendero - linea naranja - que asciende hacia la derecha.
Esos 500 metros erróneos resultan ser una bonita y gélida avenida de castaños.
Preciosos ejemplares.
Que conste que me refiero a los castaños, no a vosotros...
Miralo, que majo.
Con esa chaqueta de plumas apenas notaras el fresquito que hace aquí a estas horas ¿verdad?.
Disfrutando del precioso entorno llegamos al punto en el que nos damos cuenta de que quizás deberíamos habernos desviado en el cruce señalizado.
Mientras ascendemos nos vamos cruzando con grupos de paseantes que descienden a duras penas por la embarrada pendiente y que nos van indicando que el camino se termina poco más arriba, haciendo hincapié en que no lleva ninguna parte.
Agradecemos las indicaciones pero seguimos para arriba.
Efectivamente la traza del sendero se va perdiendo poco a poco hasta llegar a una zona donde la maleza interrumpe el paso.
Aquí es donde probablemente se hayan dado la vuelta los grupos que nos íbamos encontrando, pero nosotros decidimos afrontar el resbaladizo, pendiente y cerrado tramo bordeándolo por la izquierda.
Realizada esa maniobra nos encontramos un terreno mas limpio pero menos marcado que el que nos ha traído hasta aquí y que nos lleva a adentrarnos en un precioso bosque de castaños por el cual continuamos el ascenso.
Hay puntos en los que no es nada fácil distinguir la ruta a seguir, pero para eso vamos tirando del track descargado en el GPS, que una vez más se convierte en una garantía a la hora de progresar acertadamente.
De esta forma alcanzamos la parte alta del bosque...
... para posteriormente de salir a la divisoria de ambas laderas, dónde el terreno cambia por completo: en una es todo árboles y en la otra manda el matorral.
Es aquí, en lo alto del cordal, donde mejor nos podemos hacer una idea del amplio espacio que llegaron a ocupar las minas.
El precioso mar de nubes llega hasta las puertas del pueblo.
Seguimos andando en dirección este por el ancho cordal mientras el sendero nos encamina hacia aquel vértice geodésico del fondo y aunque no lo parezca esta ubicado sobre la cumbre del Pico de Placias (1.026 m.)
Lo pasamos y comenzamos a descender.
Vamos a dar entonces a esta pista: a nuestra derecha, a menos de cien metros, se encuentra el área recreativa del Campo la Braña. Nosotros giraremos a la izquierda, camino del mirador.
Hoy, al igual que ayer a la Sierra de Ancares, hemos tenido mucha suerte con el tiempo, puesto que la niebla se ha ido retirando y descendiendo poco a poco hasta la entrada de Las Médulas, donde se ha estancado completamente.
Camino del mirador de Orellán pasamos por delante del desvío que tomaremos más tarde y qué desciende hacia la zona de las cuevas.
Una cómoda pista conduce hacia el mirador, pero nosotros decidimos ir siguiendo el sendero que recorre la parte alta, lo que nos permite disfrutar en todo momento de la panorámica sobre el yacimiento aurífero.
Frente a nosotros, allá al fondo, se distingue la salida al exterior de la Galería de Orellán, punto donde se ubica otro mirador.
Disfrutando por la parte alta.
Sí se visitan Las Médulas subir hasta el mirador de Orellán es de obligado cumplimiento: es en esta zona donde se obtienen las vistas más espectaculares y amplias de todo el recorrido.
Al final alcanzamos la plataforma metálica en la que se agolpan decenas de personas.
Nos hacemos dueños de una esquina un tanta alejada del mogollón y entonces damos paso al siempre interesante momento del almuerzo.
Un bodegón que firmaría el mismísimo Velazquez....¿o no?.
(NOTA: Autorizamos al Patronato de Turismo del Consejo Comarcal del Bierzo a usar esta instantánea como cabecera del folleto informativo de las Médulas)
Después de satisfacer durante un buen rato la vista y los estómagos regresamos sobre nuestros pasos y tomamos el desvío señalizado que indica la bajada hacia la Cuevona.
El descenso nos vemos obligados a hacerlo en compañía del típico grupo familiar de impresentables gritones que parece que nunca hayan visto un bosque, ni tan siquiera una rama, y qué pretenden que sus ridículas gracietas sean oídas por todas los visitantes del lugar.
Al llegar a la pista giramos a la derecha...
.. y tomamos el camino que va hacia La Cuevona y La Encantada.
Tranquilos, aitites, lo entendemos...la gente mayor se fatiga y necesita descansar cada cierto tiempo.
Llegamos a un punto en el que decidimos abandonar el camino principal y aventurarnos por una pista no señalizada.
Esas la única forma de descubrir esos bonito rincones que no salen de las guías.
Pasada.
Tal y como esperábamos el camino no conduce a ningún lado pero ha merecido la pena el desvío. No hay mayor problema: nos damos la vuelta para volver a la pista que conduce a las cuevas y listo.
Pasando a la altura de alguno de los característicos farallones calcáreos.
Llegando a la altura de la Cuevona.
La entrada de la Cuevona, la galería de mayor altura de toda la explotación.
Fotografiando la cavidad desde el interior hacia el exterior.
Un mundo naranja de verticalidad el que dejaron aquí los romanos.
Cien metros más adelante de La Cuevona encontramos la entrada de la otra gran cavidad, La Encantada, para mí mucho más espectacular que la primera.
Vaaaaargame...parece la portada un disco de los 70.
Estando aquí arriba podemos hacernos una idea del sistema de trabajo minero que utilizaban los romanos, conocido como "Ruina montium" o derrumbe de montes:
Desde la parte alta de la montaña se realizaba una excavación central.
A la vez que se iba profundizando...
...se iban construyendo galerias laterales sin salida.
Una vez finalizado este trabajo se procedia a inundar toda la red de galerías con el agua encauzada mediante canales que provenía de las montañas cercanas, provocando está forma el derrumbe de toda la masa minada.
En este dibujo sacado de uno de los carteles explicativos se ve bastante bien todo el proceso:
Fracking al estilo Romano, vamos.
Un mundo de luz y oscuridad.
Una vez realizada la visita la Cuevona tomamos el sendero de bajada, que sigue regalandonos rincones de gran belleza.
Monolitos de caliza asoman por todos lados.
Y apenas sin darnos cuenta, abstraídos por el peculiar entorno, vamos a dar al pueblo, donde una ronda de cervezas pondrá punto final a esta magnífica jornada en Las Médulas.
DATOS DE INTERES (Orientativos)
Distancia recorrida: 10 kilómetros.
Tiempo empleado en la ruta: 3 horas sin contar paradas, 6 horas si las contamos.
Desnivel positivo acumulado: 460 metros.
Mapa general de la zona:
Pinchando en el siguiente enlace podréis ver la ruta en Wikiloc y descargar el track para el gps.
También podéis descargar el track directamente aquí:
Track LAS MÉDULAS